"Era chica, apenas tenía
cinco años, pero conservo el recuerdo de este hombre
de densa barba, que vino una noche a visitarnos, y pasó
horas jugando con nosotros, los niños. Traía un
mecano como regalo. Ese mismo día había salido
de la cárcel: se llamaba Errico Malatesta".
Luce parece feliz al evocar ese encuentro: fragmentos de su
existencia, apasionantes pasajes de su apasionante camino por
la vida. La escucho a mi vez embelesado, tratando de no perder
ningún matiz de esa voz que parece llegar de lejos. Conocí
Luce Fabbri a través de sus escritos, durante una investigación
sobre "Volontá", la revista teórica
de los anarquistas italianos. Trataba de profundizar en los
años de la fundación, y la sucesiva tentativa
de relanzar el movimiento en Italia. La Segunda Guerra Mundial
había terminado hacía poco, y los anarquistas
volvían de las prisiones y del exilio, que durante más
de 20 años los habían mantenido lejos. También
Luce pensó entonces en volver, "pero la salud...".
Un compañero que conocí en su casa, al comentar
su primer encuentro con ella sesenta años atrás,
recordaba: "nos pareció increíblemente culta
y profunda, y comía como un pajarito. Estaba tan pálida
que daba la impresión de que no iba a estar mucho tiempo
entre nosotros". Sin embargo, el mes de julio, Luce cumplió
92 años.
Los escritos de aquel tiempo impresionan por su forma resuelta
y aguda, su determinación a sustraerse de las categorías
del inevitable lugar común, aún libertario. En
las largas tardes trascurridas con la cabeza gacha sobre la
revista, buscaba el hilo de Ariadna que me ayudara a escapar
de las limitaciones de la reconstrucción historiográfica.
Trataba de extraer de aquellas voces del pasado sugestiones
para inventar futuros posibles. Y del futuro, y de la posibilidad
de despertar nuestras existencias soñolientas y saturadas,
de ese tiempo lejano deseaba hablar con Luce.
En realidad la charla comenzó unos meses atrás
en Milán, en la redacción de "A Revista
anarquista". Encontré a Pablo Finzi, coordinador
del mensual, poco antes de salir hacia Brasil, y empecé
a hablar con él, desahogando sobre su imparable activismo
la vena escéptica que me atormentaba: "Los anarquistas
me parecen demasiado apegados a su fascinante pasado",
le dije. "La vida, los nuevos fermentos, están en
la calle; diferentes y mutables, pero reales". Hablaba,
y en mi hablar, insatisfacción y dolor se hacían
palabra. "De nada sirve catalogar lo que es, o mejor lo
que parece, ser 'libertario'. Los movimientos juveniles, por
su naturaleza, son imposibles de asimilar y son frecuentemente
contradictorios. El Hip-hop es un buen ejemplo: un crisol de
pasiones y deseos que se transmutan cotidianamente en arte callejero".
Y bajo la mirada más inquieta de Pablo, arrojaba la piedra:
"Los anarquistas deberían dejar de lado un poco
sus maravillosas arquitecturas teóricas y ensuciarse
más las manos
".
Pablo me aconsejó reflexionar, precisar mi pensamiento
y escribir sobre él. Pocos días después,
el polvo y los gritos de esta vital América Latina. El
olor agrio de las dictaduras de los años 70 y 80 detrás
de los actuales compromisos de los políticos de las renacidas
democracias. Sin Tierra, Zapatistas y movimientos indígenas,
caras y palabras; un accionar a años luz del triste fideísmo
de los bolcheviques que esperaba encontrar. Me uní a
los anarquistas uruguayos en la Avenida de Montevideo: "¿Dónde
están los desaparecidos?".
Y aún Luce: "Estoy contenta porque lo que acontece
confirma que nosotros teníamos razón. En Uruguay,
como en todos lados, la izquierda se ha acercado al poder, perdiendo
sus características originarias y asimilando aquello
que quería combatir. Es suficiente el olor del poder
para corromper. Pienso en los revisionistas anarquistas,
como Machno con su Plataforma1,
orientados hacia la toma del poder durante el brevísimo
periodo necesario para cumplir
Nosotros no debemos
acercarnos al poder".
"Aún en la gestión de cualquier estructura
emerge un carisma, capacidades, lideres
".
"Lo importante es sentir adentro que el poder no se quiere,
de lo cual estoy segura en lo que respecta a mí misma
y a los compañeros que conozco; es cierto que pueden
haber compañeros más débiles...".
"¿Cuál es la diferencia entre el poder
y la autoridad reconocida al líder de un grupo?".
"Somos seres humanos que no tienen una defensa, una coraza
interior para protegerse de sus pulsiones. Se trata de un proceso:
pequeñas laceraciones y concesiones, algo intangible.
No suele pasar que de repente nos percibamos autoritarios: sos
seguro de vos, y como te sentís seguro, podés
llegar a aceptar otra y otra laceración. De esa manera
te encuentras entrampado en un engranaje y empezás a
decirte: 'No es el momento: qué pasaría si pierdo
ahora el poder
'. Y te respondés: 'pues no, no
lo voy a dejar". Así, paso a paso se difuminan los
ideales: creo que existe una gran diferencia entre el ejercicio
de un gobierno provisional y decir claramente 'no quiero el
poder', aún a condición de sufrir el de otro.
Es preferible tener un pie ajeno en la cabeza, que poner
el propio sobre la cabeza de otro".
"¿Estabas pensando acaso en la Revolución
Española?".
"Sí, pensaba en ella; y en Federica Montseny2
y su recorrido. Los anarquistas pasaron teóricamente
por el poder
".
"¡Pero, si fueron ministros!".
"Sí fueron ministros, pero no podían hacer
mucho
".
"Quizá más en Cataluña...".
"Sí, yo creo que quien tuvo realmente el poder
y lo ejerció fue Santillán3.
Santillán fue muy, muy anarquista y llegó un momento
en el cual en Cataluña los anarquistas prevalecieron.
La CNT era muy fuerte y Santillán era su representante.
Pero el gran golpe recibido por el anarquismo contemporáneo
fue el Ministerio de los Cuatro, y no fue tan grave la presencia
de Federica al Ministerio de la Sanidad, donde algo de bueno
se pudo hacer. García Oliver tenía nada menos
que el de Justicia".
"Entonces, ¿los anarquistas no deberían
haber aceptado?".
"Estábamos en guerra; ese fue un motivo muy fuerte.
Franco estaba ganando, los compañeros estaban atrapados
en el sur; si las cosas no hubieran cambiado, pronto hubieran
sido obligados a concentrarse en Alicante, con la única
perspectiva de intentar embarcarse al exterior. Ellos se convencieron
de que, para no perder la guerra, era necesario actuar de aquella
manera. Los jueces de la situación eran ellos, y no los
que se quedaron cómodamente en sus casas, pero sigo convencida
de que no hubieran debido aceptar".
"Me viene a la mente una parábola de Gandhi
sobre la necesidad de hacer compromisos con la propia conciencia
cuando se trata de evitar grandes males. Si en mi pueblo veo
el carnicero salir de su tienda amenazando con un gran cuchillo,
deberé tratar de pararlo. Y si él, fuera de sí,
empieza a lastimar y matar a la gente, deberé intentar
pararlo, y para eso puede que sea necesario actuar con violencia.
Este punto de vista evidencia la esterilidad de los dogmatismos
y el valor de la acción. Una postura de coherencia absoluta
puede conducir a la parálisis
".
"El ejemplo de la votación me parece emblemático.
La repugnancia al voto para los anarquistas se convierte en
un dogma de fe. Nosotros no queremos delegar nuestra soberanía,
la queremos ejercitar directamente, aunque a veces se pueda
llegar a conseguir algo con el voto. Lo importante es no presentarse
como candidato; votar o no votar, no veo que pueda influir.
"Sos una gran herética
".
"Yo generalmente no voto, pero una vez lo hice".
"Yo, en cambio voto, cosa que horroriza a mis compañeros
anarquistas, y voto en función del mal menor".
"El rechazo al voto es un prejuicio; creo que jamás
hemos sido partidarios del mal menor: o todo o nada. Pero suele
ocurrir que cuando se quiere todo, no se obtiene nada".
"En la historia reciente del movimiento se me ocurre
la tentativa de Masini4
en Italia, que se propuso como candidato a las elecciones administrativas,
lo que produjo contraposiciones muy duras, y posturas que recuerdan
a excomunicaciones. Otro ejemplo es el de Cesare Zaccaria, por
muchos años redactor de Volontá. En la
mitad de los años 50, se acercó al liberalismo
del cual provenía. También en ese caso se produjo
una suerte de condena y luego Zaccaría fue definitivamente
borrado. ¿Qué piensas de esta dura postura en
las confrontaciones de las opciones que se alejan de los fundamentos
del anarquismo, o que se desvían de él?".
"Si alguien se presenta como candidato y acepta un encargo
institucional como anarquista, crea confusión en la mente
de la gente. Es necesario tomar una posición para evitarlo
y para que se vuelva a respetar el significado de las palabras.
Pero hace falta ver un poco mas allá; en la resistencia
contra los nazis acontecieron las cosas más extrañas.
Bifolchi fue elegido alcalde de un pequeño pueblo en
el sur de Italia".
"También Ugo Fedeli, quien fue exiliado en Uruguay
en los años 30 y después expulsado, se encontró
en la mima situación".
"De Fedeli no sabía. Pero fue un momento de extrema
confusión -la guerra, los partisanos- lo cual es parte
de la historia del movimiento".
"Después de la confusión resurgieron
las corrientes. ¿Cómo viviste las infinitas diatribas
internas de aquel periodo?".
"Yo a los individualistas nunca los entendí. No
comprendo cómo pueden sostener una visión del
futuro sin considerar al hombre como un ser social. El hombre
no puede concebirse sin el lenguaje, que es de todos y nos vincula
los unos a los otros. El lenguaje es el sedimento de una sociedad,
y nosotros somos la síntesis de muchos esfuerzos colectivos".
"Una pregunta un poco provocativa: la agresividad es
fruto del miedo...".
"Y También de las ganas de poder".
"Y también de las ganas de poder; pero si se
considera la historia del movimiento me sorprende la vehemencia
del conflicto entre las distintas facciones. ¿Si entre
ellos son y fueron tan agresivos, de qué tienen miedo
los anarquistas?".
"Creo que este es el argumento más fuerte en contra
de la anarquía. 'Si nunca están de acuerdo entre
ustedes, ¿cómo van a poder hacer funcionar una
sociedad sin autoridad? Es difícil discutir reconociendo
la buena fe del adversario, pero es la única vía".
"Volvamos al miedo de los anarquistas. Pienso en la
"Adunata dei refrattari ", pero también
en polémicas y tomas de posición más recientes.
¿Cuántos compañeros mojaron la pluma en
el veneno
?".
"Cuando aún se hacía. Pero contestá
vos, que dijiste que la agresividad es fruto del miedo
".
"Tal vez el deseo de imponerse sobre la opinión
del otro, de sentirse más fuerte y seguro; el problema
es la autoestima
".
"No se dan cuenta: apenas en las reuniones uno habla un
poco mejor, consigue convencer mejor, adquiere una posición,
una tarea especial, y la defiende. No deja hablar más
a los otros, y también ésta es una forma de poder.
Es inevitable, somos todos personas, sometidos a nuestros instintos".
"Votaciones, líderes, agresividad latente, miedo
y deseo de poder son temas que encontraste en tu trayectoria,
y que caracterizan el presente. El pasado, como sostenían
ustedes en "Volontá", deja de tener
sentido si no se vive como estímulo para la acción
y el cambio. Aparece entonces un tema fundamental: la capacidad
del anarquismo contemporáneo de recoger e interpretar
fermentos y señales concretos. ¿Para vos, los
anarquistas saben todavía escuchar?".
"No sé si en el nuestro campo se han evaluado suficientemente
los cambios ocurridos en la estructura social, y más
concretamente los efectos de la venida a menos del proletariado
como clase mayoritaria y consciente de sí misma. Me pregunto
si nuestros métodos se habrán sabido adaptar realmente
a una situación tan nueva. No se puede hablar más
de insurrección: se vuelve importante el pequeño
paso, la victoria circunstancial. Creo estar aún en deuda
con "A Rivista" por una respuesta a una entrevista
que me hicieron hace mucho tiempo, en la que me definí
partidaria de las cooperativas. Estoy convencida de que el cooperativismo,
bien entendido, constituye un paso adelante. A pesar de que
sea un sistema corrompible y accesible a las deformaciones del
mercado, se basa en un principio fundamental: el de la solidariedad".
"¿Para vos, la competencia es un anti valor?".
"En un régimen capitalista es la raíz de
la violencia: es un anti valor".
"¿Cómo evalúas entonces el componente
"experimentalista", que reconoce en la competencia
entre diferentes sujetos económicos como cooperativas,
pequeñas empresas y artesanos una condición de
desarrollo social?".
"Mi padre era experimentalista, y yo también. Una
economía solidaria, así como una economía
capitalista, puede ser llevada a cabo de distintas formas. Pero
sin embargo cuando mi padre decía 'se experimentaran
los varios sistemas' se refería al ámbito socialista".
"El tema del experimentalismo evoca a Camillo Berneri
"
.
"Si la memoria no me engaña, mi padre sostenía
que Berneri estaba 'navegando en aguas peligrosas', pero, en
particular en los últimos tiempos, la idea de la experimentación
libre lo fascinaba".
"Para terminar, un pensamiento sobre los años
que nos esperan".
"Yo creo que la frontera entre presente y pasado está
representada por Hiroshima. Todo lo que fue escrito antes debería
ser revisado en función de la muerte atómica.
Alrededor de Los Álamos se produjo recientemente un incendio,
lo cual me parece una metáfora. El capitalismo, aunque
ahora manifieste señales de crisis, es un animal duro
de morir, pero capaz de profundas mutaciones, las cuales en
la era de la globalización, van empeorando la situación
de la gente. Los anarquistas lograrán comprender el cambio
que se está produciendo. Adecuando los instrumentos al
nuevo contexto, llegarán a una renovada concepción
de la revolución social, que podría situarse en
una perspectiva cercana a la del Movimiento Sin Tierra".
18 de mayo de 2000.
Montevideo, Uruguay
Massimo Annibale Rossi
Traducciòn: Massimo Annibale Rossi y Dìdac
Sanchez Costa
1. Nestor Machno fue protagonista
de una experiencia de organización social libertaria
realizada entre el 1918 y 1921 en Ucrania, reprimida al término
de ese año por la Armada Roja. Sobreviviente de la depuración
bolchevique, se exilió en Paris. Junto a Piotr Archiniv
presentó una plataforma de acción que preveía
una forma de organización unificada y centralizada.
2. Federica Montseny, anarquista catalana, fue, entre el 1936
y el 1937, Ministra de Salud en el gobierno republicano de Madrid,
dirigido por Largo Caballero. Además, y entre fuertes
polémicas, entraron en el gobierno otros tres anarquistas:
Juan García Oliver, como Ministro de Justicia, Juan López,
en el de Comercio, y Juan Peiró, en el de Industria.
3. Diego Abad de Santillán fue miembro del "Comité
Central de las Milicias Antifascistas" que entró
en el Gobierno de la Generalitat de Catalunya después
de la insurrección de julio de 1936. Además Santillán
fue Ministro de Economía en el sucesivo Gobierno de Taradellas,
en el que los anarquistas tuvieron cuatro ministerios.
4. Pier Carlo Masini, periodista e historiador, empezó
a militar en el movimiento anarquista italiano después
del fin de la segunda guerra mundial. Colaboró intensamente
en la prensa libertaria y en los años 50 promovió
una tentativa electoral que no tuvo mucho seguimiento.
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