Brasil, el país de los relojes quebrados.
Sábado 22 de abril de 2000: el Brasil oficial cumple
500 años. "Oficial" ya que muchos nos recuerdan
que esta tierra fue viva y poblada antes de la presunta descubierta
portuguesa. Las diferencias somáticas entre las poblaciones
nativas, el estudio de las alfombras y de las manufacturas,
la comparación idiomática, inducen a muchos investigadores
a poner en discusión la teoría de la corriente
inmigratoria unidireccional desde el Estrecho de Bering por
parte de tribus mongólicas. Se refuerza la hipótesis
de un poblamiento progresivo, animado por grupos que atravesaron
el Océano Pacifico provenientes de distintas regiones
asiáticas. Una importante referencia respecto a los primeros
pobladores son los cráneos fósiles encontrados
en la isla de Santa Rosa en California, que se remontan a 30.000
años. El extraordinario florecimiento de culturas y civilizaciones
que caracterizó la América precolombina hace difícil
sostener un origen común. Las nuevas tesis parecen confirmadas
por los recientes estudios sobre el ADN realizados por el Profesor
Sergio Pena de la Universidad Federal de Minais Gerais.
El mito del descubrimiento revela la cara catastrófica
de la invasión, cuando tomamos en cuenta el ritmo de
aniquilación de los pueblos amerindios a lo largo de
los siglos XVI y XVII, y su relación con la reimplantación
de la economía esclavista en todo el planeta. Los invasores
poseían una tecnología militar avanzada, pero
demostraron una carencia absoluta de principios éticos.
El motor de la conquista, más que la necesidad de la
tierra, fue el afán de poder y oro. De hecho, en el caso
brasileño, los primeros ocupantes pertenecían
a la baja aristocracia y llegaban de un pequeño país
todavía ajeno a los problemas de la superpoblación.
Las cifras de la hecatombe pierden significado, pulverizándose
en los horrores de la época, si no se enfoca la atención
al llamado que los nombres de los lugares, las antiguas tradiciones
y las gestas de los sobrevivientes manifiestan.
En los cuatro rincones del país el Gobierno Federal ha
hecho armar enormes paneles electrónicos que cuentan
los días que faltan hasta la hora cero: 22.04.00. Han
sido casi todos destruidos por los que veían en la fecha
fatal, el inicio de un calvario que todavía no terminó:
la llegada de otra civilización que descubría
recursos y tierras que en realidad pertenecían a los
aboríjenes. Los indios del Mato Grosso y del Amazonas
no habían elevado templos, pirámides o capitales
suntuosas como los Incas. Aún así, sus existencias
testimoniaban la posibilidad de una perfecta integración
entre hombre y naturaleza. El mito del equilibrio e identificación
con el ambiente ya había sido reprimido en la sufrida
conciencia europea, lastimada por el equívoco que siglos
de guerra y peste habían generado. La naturaleza considerada
como enemiga, manifestación de lo diabólico, alter
ego de pureza, castidad y doctrina moral.
Los relojes quebrados y la vana marcha de los indios hacia la
sede de la pomposa fiesta gobernativa representan un reproche
y un raro señal. El pasado puede caer en el olvido, vencido
por la potencia de los aparatos de propaganda y siglos de dominación
de raza, pero no puede ser borrado. Porto Seguro fue el lugar
del primer desembarque de los portugueses. Para el aniversario
se había invitado al Presidente de Portugal, planteando
una reconstrucción histórica y armando una copia
del galeón que costó 3 millones de reales. El
clon, entre gritos y lágrimas, nunca pudo zarpar.
A la marcha de los indios se unía una columna de Sin
Tierra, el movimiento de los peones por la reforma agraria.
Los ST, activos desde el inicio de los '80 y en el pasado vinculados
a la Teología de la Liberación, han intensificado
su acción en los últimos tiempos, llevando a cabo
ocupaciones y protestas en todo el país. Parece extraordinaria
esta inédita alianza entre indígenas exasperados
y proletarios rurales en busca de un campo para sobrevivir.
La respuesta de la policía, infelizmente esperable, estuvo
en sintonía con lo exclusivo y lo comedido de la party
animada por los presidentes: 150 arrestos y 30 heridos. En verdad
la fiesta no era dirigida a ellos, tampoco al pueblo brasileño,
a quien se concedía una emisión televisiva. Ciento
cincuenta presos, a los que en el balance se sumaban las dimisiones
del Presidente de la Federación Nacional India, que denunciaba
el falso histórico, la exclusión de los excluidos
de siempre, la previsible e inútil represión.
Brasil sigue luchando y vendiendo su imagen de país tendido
hacia un futuro de progreso y de prosperidad, sin considerar
que tiene los píes hundidos en el barro, y el aliento
del Fondo Monetario Internacional sobre el cuello. Entonces,
en cada instante el fino hilo del diálogo con el Gobierno
corre el riesgo de fallecer. Entonces, pocos días después
de las celebraciones, un pequeño cultivador de 38 años
era matado por la policía en la ruta de Curitiba. Antonio
Tavares, militante de los Sin Tierra, el 2 de mayo viajaba en
un colectivo con sus compañeros hacia la enésima
confrontación. La ultima. Una foto en primer plano encuadra
unas hoces amontonadas. De espaldas, milicos en uniforme de
combate; al fondo, campesinos dispuestos contra una red metálica.
Sentados, con los brazos cruzados encima de la cabeza; entre
ellos 100 heridos.
La nota en los diarios: "arsenal de los Sin Tierra".
Massimo Annibale Rossi
Traducciòn: Massimo Annibale Rossi y Dìdac
Sanchez Costa
|